Nuevos datos sobre el adelgazamiento del hielo marino

 El hielo marino y su evolución es un elemento clave en las zonas de latitudes. Su medición no es una tarea fácil

El buque científico Polarstern rodeado de hielo marino ártico. A bordo del barco trabajaron Mallett, Stroeve y Tsamados, obteniendo datos útiles para su línea de investigación. (Foto: Alfred-Wegener-Institut. Fuente: MOSAIC website image library)



Comúnmente, el grosor del hielo marino en el Ártico se infiere midiendo la altura del hielo sobre el agua, y esta medición está distorsionada por el peso de la nieve que reposa sobre la banquisa. Muchos científicos intentan corregir la distorsión recurriendo a un mapa de la profundidad de la nieve en el Ártico que se actualizó por última vez hace unos veinte años y que no tiene en cuenta la influencia ejercida por el cambio climático global.

En un nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de Robbie Mallett, Julienne Stroeve y Michel Tsamados, los tres del University College de Londres en el Reino Unido, se sustituyó el citado mapa anticuado por los resultados de un nuevo modelo informático diseñado para estimar la profundidad de la nieve que varía de un año a otro.

A fin de calcular el espesor del hielo marino, los investigadores se valieron del radar del satélite CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA). Al cronometrar el tiempo que tardan las ondas de radar en rebotar en el hielo, es factible calcular la altura del hielo sobre el agua, obteniendo un valor lo bastante preciso como para que a partir de él se pueda inferir el grosor total del hielo.

El análisis de datos a partir de esta nueva configuración revela que el hielo marino en regiones costeras clave ha estado reduciéndose (*) a un ritmo entre un 70% y un 100% más rápido de lo que se pensaba.

El hielo marino en las zonas marítimas costeras suele variar entre medio metro y dos metros de grosor. Sin embargo, cada vez es más habitual que el hielo de esta región no sobreviva al deshielo del verano.

“Esperamos que este trabajo pueda servir para evaluar mejor el rendimiento de los modelos climáticos que pronostican los efectos del cambio climático a largo plazo en el Ártico, una región que se está calentando a un ritmo tres veces superior al mundial y cuyos millones de kilómetros cuadrados de hielo son esenciales para mantener el planeta fresco”, declara Stroeve.

Mallett, Stroeve y Tsamados pasaron varias semanas investigando la nieve y el hielo del Ártico a bordo del buque de investigación alemán Polarstern, que exploró el océano Ártico central en 2019 y 2020.

FUENTE: NCYT (Noticias de Ciencia y Tecnología Amazings)

José Miguel Viñas Rubio


Esta entrada se publicó en Noticias en 11 Jul 2021 por Francisco Martín León

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